sábado, 22 de janeiro de 2011

(2011/035) Domenico Losurdo - das democracias da guerra ou a exposição das vísceras ideológicas do Nobel da Paz



1. Gosto muito de Domenico Losurdo. Dele, li o magistral Nietzsche, o rebelde aristocrata, peça de extraordinária investigação indiciária a respeito do pensamento político de Nietzsche. Li, também, um artigo sobre as "origens estadunidcenses do nazismo". Agora, acabo de ler seu manifesto contra a delcaração do Presidente do Comitê do Nobel da Paz, a respeito do fato de que as democracias não entram em guerra entre si, de modo que se deveria propagar a democracia a todos os cantos do planeta - e isso no momento em que o beneficiário do prêmio é o dissidente chinês Liu Xiabo... Mas deixo que vocês mesmos leiam as palavras sempre muito esclarecidas e esclarecedoras de Losurdo. No original, do site Voltairenet.org, e na tradução do cada vez melhor Altamiro Borges.


El manifiesto de guerra del Comité Nóbel de la Paz
por Domenico Losurdo*

En la ceremonia de entrega del premio Nóbel de la Paz al disidente chino Liu Xiabo, el presidente del Comité,Thoebjoern Jangland, pronunció un discurso en el que elogió las guerras desencadenadas en nombre de la democracia y lanzó un llamado implícito al derrocamiento del gobierno chino.
Transmitido en vivo a través de las cadenas de televisión más importantes del mundo, el discurso que pronunció el presidente del Comité Nóbel durante la entrega del premio Nóbel de la Paz a Liu Xiabo constituye un verdadero manifiesto de guerra [1].
Su concepto fundamental es tan claro como burdo y maniqueo: las democracias no guerrean entre sí y nunca lo han hecho, por lo tanto para que la causa de la paz triunfe de una vez y por todas lo que hay que hacer es propagar la democracia a escala planetaria. Quien así habla está ignorando la historia. Ignora, por ejemplo, la guerra que enfrentó de 1812 a 1815 a Gran Bretaña y Estados Unidos, dos países «democráticos» que además forman parte de la «pragmática» y «pacífica» estirpe anglosajona.
Aquella guerra alcanzó sin embargo tal grado de furor que Thomas Jefferson llegó a comparar al gobierno de Londres con «Satanás» y declaró incluso que Gran Bretaña y Estados Unidos estaban librando entre sí una «guerra eterna» (eternal war) destinada a concluir sólo con el «exterminio» (extermination) de una de las partes.
Al identificar la causa de la paz con la causa de la democracia, el presidente del Comité Nóbel embellece la historia del colonialismo, a lo largo de la cual hemos visto a muchos países «democráticos» promover el expansionismo recurriendo para ello a la guerra, a las más brutales formas de violencia e incluso a prácticas de carácter genocida. Pero no se trata solamente del pasado. A través de su discurso, el presidente del Comité Nóbel legitimó a posteriori la primera guerra del Golfo, la guerra contra Yugoslavia y la segunda guerra del Golfo, desencadenadas todas por grandes «democracias» y en nombre de la «democracia».
El mayor obstáculo para la propagación universal de la democracia está representado ahora por China, que por lo tanto constituye al mismo tiempo el foco de guerra más peligroso. Luchar por todos los medios por un «cambio de régimen» en Pekín constituye entonces una noble empresa al servicio de la paz.
Ese es el mensaje que se transmitió al mundo entero desde Oslo, precisamente en momentos en que toda una flota de guerra estadounidense viene «entrenándose» a poca distancia de las costas chinas.

Un ilustre filósofo occidental y «demócrata», John Stuart Mill, defendió en su época las guerras del opio desatadas contra China como una contribución a la causa de la libertad, poniendo incluso la libertad del «comprador» por delante de la «del productor o del vendedor».
Esa es la funesta tradición colonialista que están siguiendo los señores de la guerra de Oslo. El manifiesto del presidente del Comité Nóbel debe sonar como un toque de alarma a los oídos de los verdaderos defensores de la causa de la paz.
[1] Ver el discurso completo del presidente Thoebjoern Jangland en el sitio web del Comité Nobel (en inglés).

2. Para a tradução, cf. aqui, no site do Altamiro Borges, onde obtive a informação. Eu sou integralmente a favor da democracia e, até onde vai meu direito, sou contra os regimes totalitários. Mas sou igualmente contra e avesso - psicossomaticamente avesso - ao cinismo e ao oportunismo político. Eis, aí, um caso... dentre não poucos desse Ocidente useiro e vezeiro do cinismo e da hipocrisia.

3. (12/02/13) Deve pelo fato de ser cristão...





OSVALDO LUIZ RIBEIRO

Nenhum comentário:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Sobre ombros de gigantes


 

Arquivos de Peroratio